Los paisajes culturales y las tradiciones en los colegios centran la segunda jornada del Campus de Etnografía y Folklore de la ULPGC-Villa de Ingenio.

Lidia Esther Romero: “Hemos comenzado a mirar a la costa, ignorando los paisajes del interior de las islas”.

Miguel Ángel Hernández: “Para evitar la desaparición de nuestro patrimonio, tenemos que enseñar en los colegios nuestras costumbres ancestrales”.

11/07/2018.- Las conferencias “"Los paisajes culturales de Canarias”, de la profesora de la ULPGC Lidia Esther Romero y "Raíces al viento. Hablando con la memoria desde la escuela” del profesor de Educación Secundaria e Investigador en décimas y folklore gomero, Miguel Ángel Hernández, centraron la segunda jornada del IV Campus de Etnografía y Folklore de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria-Villa de Ingenio, celebrado en la tarde de ayer martes, 10 de julio, en el Centro Cultural de la localidad ingéniense.

Debido al accidentado relieve orográfico de las Islas Canarias, los agricultores se han visto en la obligación, a lo largo de la historia, de construir un amplio y sofisticado sistema de bancales o terrazas para poner en cultivo territorios que de otro modo no hubiera sido posible explotar. La profesora, Lidia Esther Romero, que considera que esta ingeniosa modalidad constituye una seña identitaria de Canarias de un inmenso valor paisajístico y etnográfico, defendió, durante toda su ponencia, el valor cultural de los bancales.

Estos paisajes culturales son el resultado de la acumulación de restos de diversos paisajes históricos que se han ido sucediendo a lo largo del tiempo. “Son paisajes sociales producidos bajo la influencia de restricciones físicas y/o las oportunidades presentadas por su ambiente natural, además de las sucesivas fuerzas sociales económicas y culturales tanto internas como externas”.

En España, actualmente hay un plan de paisajes culturales en los que se incluye los bancales, “de ahí que hay que recuperarlos, reconocerlos, protegerlos y mejorarlos siguiendo tres líneas de acción: Documentar e investigar esos territorios, formar y difundir y por último intervenir salvaguardando esos terrenos”, indicó Lidia

En nuestro archipiélago hay una diversidad y heterogeneidad de bancales enorme, siendo La Gomera paradigma de isla bancal. Monocultivos de plátanos, terrazas en escalera de La Gomera, bancales de agua en cauces de barranco como la Gavia en Fuerteventura, nateros en cauces de barrancos en Lanzarote, terrazas de picón en Tenerife, cadenas de bancales en Santa Lucía son algunos de los ejemplos de nuestras islas.

Es imposible saber la superficie exacta que ocupan los bancales en Canarias. Según, Lidia Romero aproximadamente un 46,5% de la superficie de la cuenca y el 81’6% de su superficie agrícola. Sin embargo, más de la mitad están abandonados. “El grado de deterioro de los bancales es muy alto. O bien se han abandonado o se han utilizado para un uso urbano construyendo viviendas o pilares de viaductos sobre los bancales. La instalación de granjas, los incendios y la erosión son también enemigos de estos paisajes naturales. Pero, sin duda, la peor de la amenazas de los bancales es el olvido, no solo los hemos olvidado, sino que hacemos caso omiso a su abandono”.

Lidia quiso lanzar una nota de optimismo desde el conocimiento de estos paisajes naturales. “Si queremos valorarlos tenemos que considerar que nos aportan una gran cantidad de funciones:

1. Función productiva. Hay estudios que avalan que los mismos cultivos en bancales con respecto en cultivos en ladera, la productividad es mucho más elevada. 242% más de papa 154% más de trigo

2. Función ambiental. (hidrológica, antierosiva, antiincendios, agrodiversidad, asimilativa) Son auténticas macetas que retienen suelo y también retienen agua. Si esas laderas abancaladas se conservan en buenas condiciones tenemos garantizada la función de los aquiferos, retienen suelo tiene una función antierosiva. Si los muros de los bancales están en buenas condiciones son excelentes drenajes para el agua de la lluvia. Pero si no los conservamos existen riadas con altos niveles de sedimento.
Antiincendios, actúan de auténticos cortafuegos

3. Función cultural. Son historia. Son auténticos documentos históricos de la ocupación humana en esos territorios. Es emocional, identidad. En la gomera los gomeros sienten ese paisaje como suyo.

4. Función social. Relaciones sociales y derechos humanos. Fueron construidos durante muchas generaciones, creados por grupos. Pueden ser usados con un fin constructivo ahora hay nuevas demandas y nuevos usos como huertos urbanos, huertos terapéuticos, huertos de formación. (El Pambaso)”

Tras la ponencia de la profesora Lidia Romero tomó la palabra el profesor Miguel Ángel Hernández, gran defensor de la apuesta por la integración de la formación patrimonial en los centros escolares, con el objetivo de evitar la desaparición de las costumbres ancestrales de Canarias.

Miguel Ángel es el director del CEO Blanca Ascanio de la Valle Hermoso, en La Gomera. Un centro con 122 alumnos y 18 profesores que trabaja la memoria. “No nos centramos en el pasado ni en el color sepia, sino en el futuro. Sacamos el patrimonio del arcón para que dé el aire”, argumenta este especialista en décimas y folklore gomero que trabaja “con humildad en un colegio de pueblo la memoria histórica, el patrimonio natural, el patrimonio intangible y el futuro inmediato con los más pequeños”.

Su colegio se ha convertido en un referente de educación que asegura, con estos chicos, la continuidad del folklore y del patrimonio de La Gomera. “Es una humilde aportación para que el patrimonio de Canarias no se desvanezca y siga para adelante. Y sin duda es el ejemplo de que si nosotros podemos hacerlo cualquier colegio es capaz de hacer algo así”.

En un pueblo de poco más de 2.900 habitantes, Miguel Ángel se enorgullece del nulo absentismo escolar de su centro. “Ni cuando se ponen malos dejan de venir a clase, debe ser que estamos haciendo cosas muy interesantes en nuestra familia educativa”.

La filosofía de su proyecto es muy clara. “Lo que se genere en el colegio se revierta en la sociedad”, de esa manera realizan propuestas de trabajo en torno a la biodiversidad, la historia de castellanos y aborígenes, fiestas sostenibles con criterios de mayor sostenibilidad, foklore, jornadas de memoria histórica, rutas literarias, educación medioambiental, creación de un jardín botánico con especies nativas y autóctonas de la zona, talleres de verseadores, reciclaje, acciones vinculadas al silbo, el léxico canario…, y un amplio abanico de actividades que han convertido a los alumnos de este pequeño colegio en “un espejo al que otros muchos centros escolares deberían mirarse”.

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